This article was published on October 21, 2024.
En EE. UU., las bolsas alcanzaron nuevos máximos, y tanto el S&P 500 como el Dow Jones Industrial Average y el S&P MidCap 400 marcaron niveles históricos. El optimismo se debe a un sólido inicio de la temporada de beneficios, ya que las acciones más importantes del sector bancario, como JPMorgan Chase y Wells Fargo, obtuvieron resultados mejores de lo esperado.
El ligero crecimiento de facturación de JPMorgan fue especialmente bien recibido y mitigó los temores por bajadas de beneficios más pronunciadas en el sector bancario.
El rendimiento de las acciones de crecimiento, representadas por empresas como NVIDIA, superó el de las acciones de valor. Las acciones de NVIDIA experimentaron un aumento considerable que ayudó a compensar la bajada de Alphabet, matriz de Google, ante las noticias de que el Departamento de Justicia del gobierno de Estados Unidos podría dictaminar una posible división forzada de la empresa.
Por su parte, Tesla se enfrenta a retos de futuro, ya que el mercado ha reaccionado con frialdad a la presentación del Robotaxi y la Robovan.
En cuanto al estado de la economía, la inflación escaló ligeramente por encima de las previsiones en septiembre, y los precios subyacentes (los que excluyen alimentos y energía) se incrementaron en un 0,3%. Aunque el aumento fue modesto, marca el primer incremento interanual de los precios subyacentes desde marzo, en especial debido al aumento de los precios en sanidad y transportes. Sin embargo, la bajada de los precios de las energías ayudó a equilibrar el panorama inflacionario general.
A pesar de ello, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó de un aumento sorpresa de las solicitudes semanales de subsidio de desempleo, en lo que representa la cifra más alta en 14 meses, que se explica sobre todo por los trastornos provocados por el huracán Helene y a la significativa pérdida de empleo en Michigan.
Con este panorama, la decisión sobre tasas de interés de noviembre sigue siendo incierta, pues, aunque algunas de las autoridades federales están a favor de una pequeña bajada de 25 puntos básicos, el mercado se decanta por la posibilidad de que la Fed congele tasas. La rentabilidad de las notas del Tesoro a 10 años también subió en respuesta a estas cifras de inflación, alcanzando su punto más alto desde el mes de julio.
En Europa, las bolsas cerraron la semana en tono positivo. El índice paneuropeo STOXX 600 subió en un 0,66%, impulsado por la esperanza de que el Banco Central Europeo (BCE) decida acelerar las bajadas de tasas y de que China aumente sus estímulos económicos. Entre los mercados más importantes, los beneficios más significativos se registraron en el FTSE MIB italiano, con un 2,13% arriba, seguido del DAX alemán (1,32% arriba) y del CAC 40 francés (+0,48%). En cambio, el FTSE 100 británico perdió un 0,33%.
En Alemania, la economía sigue enfrentando retos importantes. El Ministerio Federal de Economía y Protección Climática ajustó sus previsiones y ahora apunta a una contracción del 0,2% en 2024, una cifra de crecimiento más pesimista que la anterior, del 0,3%. La fuerte caída de los pedidos de fábrica de agosto (5,8%) subrayó aún más los problemas del país, a pesar del repunte en la producción industrial, en especial del sector del automóvil.
El BCE sigue mostrándose cauto sobre futuros recortes de tasas, pero reconoce que espera que la inflación se acerque al objetivo del 2% para finales de año. Sin embargo, algunas autoridades sugieren que el ritmo de la bajada de tasas podría acelerarse. En este sentido cabe destacar las palabras del gobernador del Banque de France, François Villeroy de Galhau, que apuntó a la posibilidad de que a la bajada de tasas de octubre le siguieran otros nuevos recortes, lo que refleja un panorama económico más débil.
Mientras tanto, Reino Unido da muestras de resiliencia, ya que su Economía volvió a la senda del crecimiento en agosto, cuando se registró una expansión del 0,2% tras unos meses de francas caídas. Esto se debe en gran medida al repunte de los sectores manufacturero y de la construcción, a pesar de que la trayectoria general de la economía sigue siendo motivo de preocupación.
Pasando ahora a Asia, las bolsas japonesas tuvieron una buena semana, con el Nikkei 225 sumando un 2,45%. El yen japonés se debilitó un poco más frente al dólar de EE. UU., lo que beneficia a los exportadores y sugiere un panorama positivo para el crecimiento económico del país.
Sin embargo, los datos económicos muestran señales mixtas, pues los salarios reales bajan en un 0,6% interanual gracias a la reducción de los bonos de verano. Esta debilidad en el aspecto salarial hace pensar que el Banco de Japón (BoJ) pudiera retrasar nuevas subidas de las tasas de interés, a pesar de que persisten las presiones inflacionarias.
En cambio, las bolsas chinas experimentaron caídas, con el índice Compuesto Shanghái perdiendo un 3,56% en una semana más corta de lo habitual por ser periodo festivo. Se ha apagado la intensidad por las medidas de estímulo dictaminadas por Beijing, y el gasto de los consumidores durante el festivo del Día Nacional de China se ha mantenido por debajo de niveles prepandémicos.
Además, el banco central chino introdujo nuevas medidas de liquidez, incluyendo un programa de permutas (swap) por valor de 500.000 millones de RMB con el objetivo de apoyar al mercado de capitales, medida que, de momento, no ha producido ninguna recuperación significativa en el sentimiento del mercado.
Para concluir, la semana pasada asistimos a diversas respuestas de los mercados globales ante datos económicos, cambios en políticas y beneficios corporativos. Mientras que las bolsas de EE. UU. se beneficiaron de un ambiente optimista gracias a los beneficios corporativos, en Europa la economía sigue suscitando preocupaciones, y los mercados asiáticos, sobre todo Japón y China, atraviesan circunstancias diferentes según el panorama económico de cada país.
A medida que los inversores navegan por aguas inciertas, todas las miradas siguen puestas en los bancos centrales y en sus próximas medidas en materia de política monetaria.
Source: Tyn Magazine